La sinceridad en el mundo beauty.

Se me hace extraño volver a escribir después de tanto tiempo. Como os dije en mi última entrada, necesitaba dejar el blog y reflexionar sobre ciertas cosas y saber si me merecía la pena seguir escribiendo. Después de mucho darle vueltas a la cabeza he decidido que voy a retomar el blog.

En estos  tres meses de pausa he recibido el cariño de mucha gente, tanto por comentarios en mi entrada de despedida como por mensajes privados en las redes sociales. A todas esas personas y a todas esas que me leen anónimamente, GRACIAS.

Sigo pensando lo mismo que pensaba antes, sigo preocupada porque no sé si lo que hago gustará o no pero al final me han podido las ganas y mi pasión por escribir y hablar de lo que me gusta. Pero no esperéis que establezca una rutina de publicación porque no dispongo de tanto tiempo como para eso y porque como ya sabéis, yo publico cuando me apetece y no por obligación.

No sé si este será un buen comienzo, pero he decidido retomar mis entradas reflexivas o críticas como las llaman algunas y alternarlas con las entradas de productos como siempre hacía. Y ésta es una de ellas.

Durante este tiempo en el que he estado sin escribir he seguido al día con otros blogs, canales de Youtube y cuentas de Instagram tanto de bloggers españolas como extranjeras. Instagram me parece una red social muy interesante que no sólo da pié a la publicación de fotos sino también a ciertas discusiones o debates que en algunos casos pueden resultar muy enriquecedores.

En algunas bloggers he encontrado lo habitual pero en otras, sobre todo las más desconocidas, he encontrado unas dosis de honestidad y sentido común que echaba mucho de menos porque hacía tiempo que no las veía.

Como siempre, no voy a dar ningún nombre porque mi intención no es crucificar a nadie ni crear malos rollos. Pero sí que me apetece abordar el tema de las opiniones y reseñas sobre un punto de vista crítico.

Es muy común dejarnos llevar por el hype del momento y caer en comprar determinados productos porque se ponen de moda en el mundillo beauty y claro, luego vienen las decepciones. Esas sombras que no pigmentan, esas bases que provocan brillos, esos pinceles cuya calidad es bastante dudosa y que en internet parecían la octava maravilla…etc.

Y es que, cuando se produce una promoción en plan acoso y derribo me acabo saturando e incluso, termino por dudar de las opiniones de algunas personas. Ya no se trata de que los vídeos o las entradas estén promocionadas, que no tiene nada de malo, sino que se trata más bien de la falta de sinceridad y de las reseñas falsas. Es imposible que puedas hacer una reseña de un producto que te acaban de mandar, puede que haya gente que no se dé cuenta, pero las que ya llevamos cierto tiempo por aquí lo detectamos al vuelo.

No se puede una dejar llevar por las primeras impresiones y hacer una reseña sin más, porque no es hasta que llevamos un tiempo con el producto cuando nos damos cuenta de los pros y los contras de éste. Y parece como si hubiera un cierto temor a sincerarse y a llamar a las cosas por su nombre. Ni lo más caro es lo mejor ni lo más barato es lo peor. Hay de todo y que yo sepa, no hay ninguna marca perfecta. Todas cojean en algo.

Creo que las bloggers no se atreven a criticar los productos por miedo a quedar mal con las marcas o a que éstas decidan no seguir colaborando con ellas. Pero, es que resulta que por no quedar mal con las marcas estás quedando mal con tus seguidores. Más tarde o más temprano acaban saliendo las verdades.

A mí me pasó algo parecido con una marca americana que hizo un sorteo del que resulté ganadora. Me ilusioné muchísimo porque tenía muchas ganas de probar las sombras de esa marca y cuando por fin tuve mi premio me llevé una decepción. Había visto estas sombras tantas veces, en tantos vídeos de youtube y me tenían taaaaan enamorada que cuando ví las mías me llevé un chasco enorme. Así que una de dos, o las youtubers mentían o a mí me había tocado una paleta defectuosa porque mi experiencia no se correspondía para nada con lo que yo había visto por la red. Sombras polvorientas, poco pigmentadas y no muy fáciles de trabajar que, para más guasa, estaban fabricadas en China y no en USA, se vendían como productos “pro” y encima tenían precios similares a las de Mac ¿Hola?

Así que tras probar el producto por un tiempo decidí dar mi opinión. Y como ésta no fue favorable pues todo se tornó en mal rollo. La marca dejó de seguirme por las redes sociales, se perdió la amabilidad de la que siempre hicieron gala…etc. Y todo por dar mi opinión sincera.

Pues a eso es a lo que tiene miedo mucha gente. Y no entiendo ni la actitud de esa gente ni la actitud de las marcas. No pasa nada por ser crítica con los productos porque mentir no lleva a ningún sitio y además, bajo mi punto de vista, es una estafa a los consumidores.

Me parece que tanto unos como otros tienen una actitud equivocada. Creo que las críticas no se deben tomar como ataques sino que las marcas deberían tomar nota de las opiniones de la gente para intentar mejorar. ¿Por qué no lo toman como una crítica constructiva?. Al final, eso  es lo mejor y se benefician ambas partes.

Por muy buena que sea la campaña de marketing y por mucho bombardeo en las redes sociales no sirve de nada si luego la gente se decepciona.

Si me voy a gastar 45 ó 50 euros en una paleta de sombras lo mínimo que espero es que éstas tengan una buena calidad. Si me voy a gastar  25 ó 30 euros en un pincel lo mínimo a esperar es que no se le caigan los pelos, que no se deforme con el uso o que no se le borre el logo al segundo lavado. Si me voy a gastar 30 euros en un labial, lo mínimo que espero es que se quede en su sitio y no se me desplace rebañando todo el labio, o que no me quede a parches y después se caigan los trocitos, o que no me cuartee los labios…etc. Si voy a gastar 30 euros en una máscara waterproof espero que sea eso, resistente y que no se me desmorone por la ojera a las cuatro horas de llevarla.

Por eso cuando veo tanto movimiento y promoción excesiva ya me pongo alerta y me lo tomo con calma. Hay que ser más selectivas y más críticas a la hora de adquirir ciertos productos y no dejarnos llevar tan a la ligera. Y si tu experiencia con esos productos es negativa pues no pasa nada por decirlo. Y las marcas, en vez de ponerse a la defensiva y ofenderse por las opiniones desfavorables, mejor que vayan tomando nota y cuando reformulen los productos que tengan en cuenta las opiniones y las necesidades de las consumidoras que son las que van a comprar y a utilizar ese producto.

Da igual si se trata de Nars, Bobbi Brown, Marc Jacobs, Kat Von D, Nabla, Wet n Wild, Nyx o Makeup Revolution. No hay que tener ningún miedo a expresar una opinión por el simple hecho de ser desfavorable. La perfección no existe y es imposible que a todos nos guste lo mismo, o que nos vayan bien los mismos productos o que un mismo producto reaccione igual en dos personas diferentes. Pero si la gente coincide en ciertos puntos por algo será.

Por eso nunca viene mal un arrebato de honestidad. Si estás promocionando unas sombras y te superencantan (odio ese término) pues dílo, pero no me tomes el pelo pretendiendo hacerme creer que son mejores que otras más conocidas sabiendo como sabes que no es verdad. Y si ves que las sombras sueltan mucho polvillo, que no pigmentan bien, que se hacen pegotes en el párpado o que desaparecen al difuminar pues dílo también. Todos saldremos ganando, lectores/consumidores y marcas.

Y si la marca X te ha estado regalando brochas y pinceles a cascoporro y resulta que como ya han dejado de regalártelas ahora pasan de ser lo mejor del mundo mundial a ser lo peor, pues tú misma. La gente no es tonta.

Bueno, pues este ha sido mi regreso. Espero que os haya gustado y que decidáis seguir acompañándome. Tengo muchas cosas que contar ya que en este tiempo se me han acumulado un montón de productos de los que quiero hablar.

Nos vemos en la próxima entrada.

Bye.

Nota: Las imágenes que ilustran esta entrada no son mías. Son de bancos de imágenes gratuitas (pixabay, freepik.es).